
Acerca de Conurbano, mano de obra de Fernando Ayala
por Alba Murúa
«… desesperación, desesperanza, desamparo
naufragio, fragilidad, ternura
baches, bochas, borrachos
sedes, mutuales, clubes
humanos, demasiado, humanos
conurbano, mano de obra.”
# I de Fernando Ayala (fragmento)
Un poemario singular -poesía social, dirán algunos- acerca de un latido, un ritmo, una ola conocida por muchos de nosotros: La Matanza se siente, se siente está presente.* Y con ella, con ese cuasi país matancero, está presente todo el conurbano.*
Y es mano de obra, como el título que da nombre a la primera parte y nos recuerda que eso somos para los explotadores, para los políticos corruptos, para los pastores mentirosos, para los periodistas farsantes, una gran zanja donde se tira basura y, de vez en cuando, un hueso; una gran zanja donde crece la mano de obra necesaria para la plusvalía, para el voto y que es cosificada mediante la delincuencia, el narcotráfico y la trata.
En los poemas de Ayala todos estos temas aparecen una y otra vez. En su mayoría son estocadas muy certeras, que dejan sangrando al lector inadvertido.
Quizás será una difícil lectura para algunos, ya que podríamos decir que estos son poemas locales, orilleros, aunque nombren al proscripto Marechal, a Pugliese o a Gelman.
Por cierto, algún desprevenido conurbanero -que no sea lector frecuente- encontrará aquí versos que le llegarán profundamente, hasta algunos que pueden perfectamente rapearse.
La segunda parte de esta obra denominada Camino de cintura, juega con el imaginario de los límites que se estiran más allá, en un ejercicio evocativo, hasta el mar. Aunque el olor de la sal no es el que predomina sino más bien el de la sangre, la suciedad y el caucho quemado: todo aquello que grita su verdad y su reclamo de justicia.
Hay aroma de verano descontento
de los ríos en crecida, del caldo
removido en las cunetas.
Las moscas que acompañamos los gritos
pululamos listas para gobernar las bocas.
Entrelazadas al calor de los merenderos
está la rabia de la leche hervida, del mate
cocido sin pan y las manos esposadas.
Los ojos derramados del peso argento
de la angustia del derrame económico
que miente con un cuatro de copas.
Allí donde la dignidad son platos rotos
que pagan los no sentados a la mesa.
Donde los porfiados gobernantes
clavan el tenedor y acuchillean el trabajo,
en nombre de dios. Hay aromas que no se olvidan
como el humo del caucho y las manchas del carbón.
Allí donde se derramó sangre, no sólo crecen
espinas, también el perfume secreto
de lo que está por venir.
Fernando Ayala. (2018). Conurbano, mano de obra. Buenos Aires: Barnacle
*Recreación de una rima popular, en este caso se refiere a uno de los municipios del conurbano oeste.
*Conurbano: dícese de la extensa periferia de la ciudad de Buenos Aires, Argentina (también llamada Gran Buenos Aires), que implica su propia cultura e idiosincrasia.